1. -- Kathleen Maire OSF" <KathleenEMaire@gmail.com>

2. -- P. Jude Siciliano OP <FrJude@JudeOP.org>

 

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1.
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La Sagrada Familia

12/28/2025

Eclesiástico 3, 3-7. 14-17;
Colosenses 3, 12-21;
Mateo 2, 13-15, 19-23

 

Unos cuantos días después de la Navidad, la Iglesia nos invita a considerar la Sagrada Familia.  Tal vez pensamos que hubiera sido mejor quedarnos con las lecturas de la Navidad cuando la familia pareció tranquila, a pesar de la pobreza de sus circunstancias.  Pero hoy leemos en el evangelio de San Mateo que un ángel aparece a José con un mensaje espantoso.  Herodes está buscando al niño para matarlo y la familia tiene que huir hacia Egipto. 

 

Nosotros sabemos que Mateo está preocupado para demonstrar que Jesús es el cumplimiento de la profecía que dice “De Egipto llamé a mi hijo”. Sin embargo, vemos que la vida del Salvador está en peligro a pocos días de haber nacido.  Desde el principio, la vida de Emmanuel está determinada por la crueldad de Herodes, que ya había matado a varios miembros de su propia familia.  Ahora el tirano no tiene vergüenza en matar a niños inocentes. Entonces la familia sagrada tiene que escapar.

 

Tal vez este domingo debería ser llamada “La Familia Refugiada”.  Nos hace pensar en todas las familias de los países de centro y sur América que hoy están en peligro y tienen que huir.  Estas familias toman tremendos riesgos en tratar de cruzar la frontera; donde son separadas y ni saben dónde están los niños. Vemos fotos de las condiciones en que quedan las madres con sus niños, nuestros corazones se rompen al ver tanta tristeza. Parece que hasta hoy la familia, cualquier familia sagrada, está en peligro. 

 

Lo que nos llama la atención es que una familia sagrada no es necesariamente una familia segura.  Era la realidad del primer siglo y es la realidad de nuestros días.  Hablamos mucho, especialmente en la Iglesia, del “derecho a la vida”.  Creo que debemos incluir en esta campaña el derecho a la vida de los pobres en el mundo entero. Si nos enfocamos en este país, sabemos que uno en cada cinco niños vive en pobreza.  ¿Como podemos decir que valuamos a la familia si dejamos a nuestros niños en tal estado?

 

Leemos que el verdadero carácter de una sociedad se mide por la manera en que se trata a los ancianos y a los niños.  Estos dos grupos son entre lo más vulnerables.  No tienen voz, no tienen poder, no tienen independencia.  Necesitan que otros luchen por sus derechos y su bienestar.  Nos toca hoy pensar en como nosotros podemos actuar como país y como individuos para proteger a todas las sagradas familias de nuestra sociedad.  Así, como pueblo, podemos demostrar como valuamos a la sabiduría de los ancianos y la promesa de los niños.

 

La segunda lectura hoy nos trae un mensaje de aliento.  Dice San Pablo: “Sean compasivos, magnánimos, humildes, afables y pacientes.  Sopórtense  mutuamente y perdónense cuando tengan quejas contra otro, como el Señor los ha perdonado a ustedes.  Y sobre todas estas virtudes, tengan amor, que es el vinculo de la perfecta unión.”  Viviendo así, podemos todos vivir como la Sagrada Familia de Dios.

 

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2.

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"PRIMERAS IMPRESIONES"

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA (A)

28 de diciembre de 2025

Eclesiástico 3:2-7,12-14; Salmo 128:1-5; Colosenses 3:12-21; Mateo 2:13-15,19-23

Por: Jude Siciliano , OP

 

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Gracias.


A la luz de las Escrituras de hoy, no aprovecharía esta ocasión para hablar de la Sagrada Familia como modelo de perfección ni para sugerir que simplemente la imitemos. Debemos evitar el sentimentalismo. Esta "sagrada familia" está huyendo, su vida amenazada, en particular la del niño inocente. Aunque nuestro santuario aún conserva apacibles pesebres navideños, la imagen serena y romántica puede confundirnos. Una semana después de Navidad, el niño debe ser cuidado en el exilio. En Egipto, la familia se convierte en una familia de refugiados. Este pasaje invita a reflexionar sobre la realidad contemporánea de la vida familiar en nuestro propio país: los vulnerables deben ser protegidos; muchos viven en el exilio o amenazados, enfrentándose a fuerzas poderosas. En particular, muchas familias pobres están asediadas. Analicemos primero la lectura en sí y luego consideremos una reflexión contemporánea.

 

El Evangelio de Mateo presenta un eco deliberado del Éxodo. El pueblo elegido estuvo exiliado en Egipto, guiado por Moisés. Mateo presenta a Jesús como el Nuevo Moisés, que guía a su pueblo fuera de Egipto, o, metafóricamente, fuera de cualquier exilio (pecado, opresión, alienación) en el que nos encontremos. Desde el principio, Mateo enfatiza que Dios está liberando activamente al pueblo. Y es un "pueblo" a quien Dios libera: somos salvados en comunidad. Dios entra en nuestra situación humana, incluso acompañándonos a lugares donde nos sentimos "lejos de casa".

 

Esta es la historia de una familia pobre e indistinguible que se enfrenta al poder de fuerzas que escapan a su control. Al llevar a esta familia al exilio, Dios se solidariza con todos los pobres y desplazados. Al terminar el año con un enfoque en la familia, quizás el nuevo año nos ayude a ser más conscientes y a ser más solidarios con la familia. Quizás nos veamos como una comunidad, conectados unos con otros a través de nuestro Dios Padre. Esta conciencia nos llama a cuidar especialmente de los miembros más vulnerables de la familia humana.

 

Para conmemorar el décimo aniversario de su carta pastoral, Justicia Económica para Todos, los obispos emitieron un nuevo mensaje. Reconocieron que tenemos una economía notablemente fuerte y creativa, pero que muy poco de su crecimiento llega a todos. Describieron tres "naciones" o "familias" que conviven:

 

Los que prosperan, los que impulsan la nueva economía de la información y les va bien económicamente.

 

Los oprimidos, cuyos ingresos reales están disminuyendo, dejándolos en la incertidumbre de cómo cuidar de sus hijos.

Los desanimados y desesperados, una clase baja cuyos hijos crecen en la pobreza extrema.

 

Los obispos nos recuerdan que estamos llamados a ser un pueblo de fe, no clases en pugna; hermanos y hermanas, no estadísticas económicas. La fiesta de hoy nos trae esta lección: el Salvador recién nacido nació lejos de casa y tuvo que huir al exilio. Esta fiesta nos sensibiliza ante las familias que viven hoy en el exilio.

 

Los obispos vieron la parroquia como un lugar ideal para promover el bien común y contribuir a un mundo más justo y compasivo. Fomentaron la participación en la vida pública, fomentando el respeto por la dignidad de cada persona. Las parroquias educan a los fieles sobre la doctrina de la Iglesia, sus responsabilidades y la necesidad de evaluar las políticas públicas según los valores del Evangelio. Exhortan a expresarse con valentía, habilidad y preocupación sobre asuntos públicos que afectan los derechos humanos, la justicia social y la vida de la Iglesia. Un principio rector subyace a todo esto: el llamado a la familia y a la comunidad.

 

El Papa León XIII ha escrito sobre los migrantes, señalando que la migración forma parte de la historia del pueblo de Dios (como en la huida de María y José), y que la Iglesia «siempre ha reconocido en los migrantes una presencia viva del Señor». En su exhortación apostólica Dilexi te («Te he amado»), escribe:

 

La Iglesia, como una madre, acompaña a quienes caminan. Donde el mundo ve amenazas, ella ve niños; donde se construyen muros, ella tiende puentes. Sabe que su anuncio del Evangelio solo es creíble cuando se traduce en gestos de cercanía y acogida. Y sabe que en cada migrante rechazado, es Cristo mismo quien llama a la puerta de la comunidad.

 

Haga clic aquí para obtener un enlace a las lecturas de este domingo:

https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/122825.cfm

 

P. Jude Siciliano, OP <FrJude@JudeOP.org>